Esta sección de «NO SOY RACISTA PERO…» esta vez dedicada a todas esas personas que dicen no ser racistas pero que justifican sus actitudes, racistas evidentemente, con ciertos argumentos fácilmente rebatibles.
Con esta campaña llamada «NO SOY RACISTA PERO…» que comenzó la pasada Navidad, nuestra intención es desmontar esos argumentos.
MIGRAR es un derecho, y migrar en busca de cobijo, paz, salvar la vida de las guerras, el hambre, la sed, la pobreza, el clima, la esperanza de una vida mejor o la violencia, es un derecho de todo ser humano, y por tanto, una obligación para el resto de acogerlos.
Como se trata de una campaña que ya comenzara hace un par de meses, iremos subiendo poco a poco todo lo hecho hasta ahora sobre la misma.
Hoy nos vamos a los días previos a la Navidad, a esas magníficas cenas y comilonas que nos regalamos:
NO SOY RACISTA PERO… Que trabajen en su país. La pesca (Parte I)
Hablar del tema de la pesca es complicado debido a su complejidad, a la cantidad de sectores implicados, al «encontronazo» entre la actividad extractiva y la cultura en torno a ella frente a la protección y sostenibilidad de los recursos; complejo debido también a los diferentes acuerdos entre países, empresas privadas, UE…(mafias?) que pueden existir y a lo inmensa que es el Mar y sus recursos.
Pero estamos aquí, en Navidad y defendiendo el derecho a Migrar y me centraré en ello. Sólo quiero dar unas pequeñas pinceladas a cerca de la relación directa que existe entre el sector pesquero y nosotras como consumidoras. La relación tan directa que hay entre un senegalés que viene en patera, y el atún que te comerás en fin de año (entre otros ejemplos).
1 El 85% de toda la pesca que se produce en alta mar (es decir, que no es pescada en aguas propias) está en manos de 5 países. ESPAÑA ES LA TERCERA POTENCIA PESQUERA EN AGUAS QUE NO SON SUYAS.
Que sí, que los Chinos son peores, pero no nos vamos a poner a su nivel, no?
Evidentemente, no hay que saber mucho para tener claro que si España pesca por casi todo el planeta, no lo hará con pequeños barcos artesanales, si no mediante una potente (en muchos casos) flota industrial.
¿Qué diferencias existen entre flota industrial y artesanal? Veamos:
Sobran las palabras y haría falta horas para explicar todo, pero una cosa está clara, el número de pescadores empleados disminuye en 24 veces cuando hablamos de flota industrial frente a la artesanal…Consecuencia: a nivel nacional, paro en el sector pesquero andaluz entre otros, y a nivel de países ribereños donde faena «nuestra» flota, práctica desaparición del sector en muchos pueblos, precariedad laboral, mayores esfuerzos para conseguir alimento, mayores riesgos al tener que navegar más debido a la sobreexplotación de sus caladeros más costeros, escasez de alimento con alto valor nutricional al que están acostumbrados las familias de zonas costeras, hambre, pobreza, y por tanto, SE VEN OBLIGADOS A EMIGRAR, y ENRIQUECIMIENTO DE MUY POCAS PERSONAS(empresarios españoles, chinos, taiwaneses, etc. los cuales benefician muy poco al país ribereño, a su gobierno a lo mejor, al país, no).
Sólo un apunte más sobre esto…¿Sabes qué es un BUQUE NODRIZA? Enormes barcos congeladores que pueden almacenar miles de toneladas de pescado procedentes de otros barcos pesqueros menores, así como procedentes de la flota artesanal del país ribereño a cambio de casi nada.
Pues por ahí (según los acuerdos de pesca u otro tipo de acuerdos vigentes en cada momento, será variable):
¿Y qué se pesca? PUES CASI DE TODO!!
Y aquí llegamos a la Navidad, que es donde empezamos. En esta época las compras de marisco y algunos pescados aumenta hasta un 20 %, lo que supone hasta una cuarta parte de las ventas de todo el año. La oferta española es insignificante para esta demanda. ¿Qué significa eso? Pues que gran parte de las gambas, gambones, langostinos, merluzas, bueyes de mar o centollos proceden de la importación de desde empresas de otros países o desde sociedades mixtas!
Resumiendo, que la gamba procede básicamente de países mediterráneos como Túnez, Marruecos, Sahara Occidental, Grecia o Italia, mientras langostinos o carabineros tiene su origen en Marruecos, Sahara Occidental, Mauritania o Mozambique! O la rica merluza procederá seguramente de Namibia, Angola o Sudáfrica!
MORALEJA: casi con seguridad, parte de los productos que han vestido nuestras mesas en estas fiestas proceden de la explotación de los recursos pesqueros de países africanos.
Pero dirás, ¿qué culpa tengo yo? ¿SI yo no soy ni armador ni ná? Bueno, pues no es cuestión de culpar, la cuestión es otra. Vamos a ver.
4 ALGÚN CASO CONCRETO
SENEGAL
«Es como si África alimentara a Europa»
«Ya no hay pescado en nuestro océano, los europeos han venido, han hablado con el Estado y han firmado contratos con ellos. Han vendido todo nuestro producto», se lamenta el expescador Matar Samb. «Si hubiera mucho pescado en Senegal, con todo el material de pesca que tenemos, los jóvenes no cogerían las piraguas para irse a España. Es la pobreza lo que los ha llevado a esa migración clandestina, han perdido la esperanza en su país, se van por la fuerza.»
Si echáis un vistazo a www.ecologistasenaccion.org/IMG/pdf/deuda_pesquera.pdf, a partir de la página 27 podréis leer las Consecuencias socioambientales de la explotación externa en los caladeros senegaleses, apartado que acaba así:
«Una de las consecuencias de este empeoramiento en las condiciones de vida de la población senegalesa es el fenómeno migratorio de la población joven, hacia países europeos (entre ellos España) en una parte significativa (42% de toda la población migrante), aunque no mayoritaria: la parte restante de los migrantes lo hacen a otros países africanos. Entre las consecuencias negativas de esta migración, además de las vidas perdidas en el mar, está el impacto producido en algunas localidades y sectores económicos, que se han visto desposeídos de su población joven y de la correspondiente y necesaria mano de obra»
En el Estado Español hay más de 60 mil personas de Senegal, seguro que te has cruzado con ellas.
MORALEJA: hoy no pretendemos buscar culpables, sólo que pienses, recapacites cuando veas por la calle a un inmigrante senegalés. Pregúntate, ¿quizás fuera pescador en Senegal?