«Hoy quiero compartir con vosotros mi experiencia como profe en las clases de español en la Red de apoyo Dimbali.
Desde el primer momento cuando vi aquella publicación en las redes sociales donde se necesitaban voluntario/as para dar clases a los chicos, no lo dudé ni un segundo. Enseguida me puse en contacto con la red para pedirles información sobre los horarios y todo lo demás. A los pocos minutos ya había recibido una respuesta.
Recuerdo que era un 9 de Enero sobre las 2 de la tarde, y ese mismo día cogí mi autobús y me planté allí. Llegué un poco antes del horario de las clases, para que me fueran explicando un poco la dinámica, me recibieron muy bien y me fueron contando su experiencia como voluntarias con los chicos en las clases. Recuerdo que estaba un poco nerviosa, no sabía si iba a poder dar el cayo, pero poco a poco esos nervios se me fueron quitando.
Los chicos fueron llegando y me iban saludando, todos muy educadamente. Al fin llegó la hora de las clases y allí estaba yo, rodeada de jóvenes con unas ganas tremendas de aprender, de darlo todo y de intentar salir de allí con al menos una palabra aprendida.
Pero lo que ellos no sabían es que la que más había aprendido ese día había sido yo. Sabía que iba a salir contenta de mi nueva experiencia, pero la verdad es que superaron mis expectativas. Al ver a esos chicos, alguno de ellos menores, con esa sonrisa de oreja a oreja y con esas ganas inmensas de superarse como persona aún después de todo lo que habían tenido que pasar para estar allí, me partía el alma a la vez que me hacía sentir orgullosa por ellos sin apenas conocerlos. No dude en repetir al día siguiente, y así pues llevo ya 3 meses en los que me han enseñado tanto…
Poco a poco vas conociéndolos, vas sabiendo sus historias, alguno de ellos se abren a ti y te van contando sus experiencias, sus sentimientos, sus emociones, sus miedos, sus dudas, sus alegrías y es tanto lo que te aportan que no sabría explicarlo. A veces, sólo basta con eso, con prestarle tu oído, tu hombro, tu atención, que ellos sientan que no están solos y que existimos personas que estamos aquí para darle apoyo.
Sólo puedo decir, que en estos tres meses mi vida ha cambiado para bien y que cada día estoy más contenta de haberme puesto ese 9 de enero en contacto con la Red, gracias a mis compañero/as voluntario/as , porque allí yo también he encontrado una familia, un súper equipo lleno de gente maravillosa dispuesto/as a darlo todo por ayudar a cualquier persona que lo necesite, y eso… No cualquiera puede contarlo.